En un artículo aparecido hace poco en illibraio.it se hablaba de los resultados de una encuesta sobre la lectura (una entre tantas) de la que resultaba que está aumentando el número de no lectores entre los niños y los jóvenes, que suelen ser el mayor escollo entre los lectores italianos en estos últimos años. Al mismo tiempo se subrayaba que esos no lectores no pertenecen a contextos desaventajados (familias sin libros en casa o que no pueden permitirse ir al cine o al teatro), sino más bien a familias que “consumen” cultura. ¿Se debe a las tecnologías digitales? Es posible. Al menos que esté entre las causas.

Sin duda, la lectura está ligada a la educación a la cultura.

En Italia, en la escuela primaria no hay una verdadera educación a la cultura. Los niños deben tener la suerte de encontrar a un profesor con una pasión personal por la lectura. En clase se lee en voz alta solo muy de vez en cuando e, incluso si hay bibliotecas en los institutos, los niños suelen ir una vez por semana, durante un rato muy corto, para escoger un libro y llevárselo a casa sin ninguna sugerencia o indicación.

Es verdad que en Italia somos muy críticos hacia la escuela como institución y hacia los profesores, pero no es menos cierto que los profesores no reciben ninguna formación académica en esa materia. Por ejemplo, no tienen que formarse en literatura infantil. Afortunadamente hay excepciones.

¿Qué sucede, entonces, en otros países?

He pedido a la EACWP, European Association of Creative Writing Programmes, en la que participan 28 escuelas de escritura establecidas en 18 países, analizar conjuntamente el tema de la educación en los distintos países.

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Javier Sagarna

El primero en compartir sus reflexiones es Javier Sagarna, escritor y fundador de la Escuela de Escritores de Madrid y presidente de la asociación EACWP.

Javier, ¿sabes qué pasa en las escuelas en España?

También en España hay que tener la suerte de encontrar a un buen profesor, sólo en ese caso se lee en clase. De otra manera no se lee y apenas se escribe. Los profesores no están muy bien preparados para estimular la lectura entre los estudiantes y saben aún menos qué es la escritura creativa (con excepciones, por supuesto). Estoy hablando de escribir y leer al mismo tiempo porque para mí (y por nuestra experiencia en la Escuela) las dos cosas tienen que enseñarse juntas.

¿Sabes decirme algo sobre los lectores en España hoy en día?
Faltan datos oficiales, pero mi impresión es que está pasando lo mismo que en Italia. Las redes sociales y las nuevas plataformas televisivas (Netflix, HBO) son la causa principal del bajo número de lectores entre los jóvenes. Cuanto más acceso tienen a esas plataformas (y casi todos lo tienen con muy pocas restricciones), menos piensan en abrir un libro. En ese ámbito, tener a unos padres con un nivel cultural o económico alto, representa en todo caso una ventaja para los chicos, sobre todo porque esos padres ponen gran empeño en que se siga leyendo, y luchan contra el uso tan atractivo de sus iPhone.  Y creo que lo mismo está pasando con el cine.

¿Sabes si en España hay proyectos “institucionales” para promover la lectura? ¿La lectura es una cuestión social y política?
Nada de nada. Se habla mucho de promover la lectura pero, aparte de algunas iniciativas más bien de propaganda, se ha hecho muy poco.
Hablemos ahora del mercado editorial, ¿cómo es actualmente la industria de los libros en España? ¿Los mayores leen? ¿Y cómo llega al gran público esa industria?
La industria editorial en España es débil, pero existe una relación muy estrecha con América del Sur, igual más estrecha de lo que debería. Hay dos grandes grupos editoriales: Planeta y Random House, que han comprado la mayoría de las editoriales en España (Alfaguara, Tusquets, Seix Barral). Controlan las mayores distribuidoras y el mercado de los escritores. Luego está Anagrama, que ahora pertenece al Grupo Feltrinelli. También existen muchas pequeñas editoriales independientes que ofrecen la posibilidad de emerger a nuevos autores y permiten que autores minoritarios puedan seguir publicando (Salto de Página, Pre-textos, Menoscuarto, etc.). Entre esas editoriales hay unas muy especializadas (por ejemplo, Páginas de Espuma pública cuentos). Hace poco unas empresas sudamericanas (sobre todo mexicanas) empezaron a entrar en el mercado español (Malpaso, Sexto Piso, etc.). También hay un mercado muy fuerte de libros infantiles. Dicho esto, el índice de lectura en España es bajo y sigue bajando. Los mayores leen un poco más que los jóvenes, pero sobretodo best-sellers y libros comerciales.

Como escritor y profesor de una escuela de escritura creativa, ¿qué nivel tienen tus estudiantes con respecto a la lectura? ¿Se trata de grandes lectores? ¿Hay en tu escuela un curso para enseñar a leer?

En nuestra experiencia, la mayoría de los estudiantes (por lo demás adultos) vienen a clase sin haber leído mucho y, si han leído, lo que leen siempre es de bajo nivel literario. Uno de los objetivos de nuestra Escuela es que sean lectores, además de aprender a escribir. Funciona muy bien juntar las dos cosas (cada uno de nuestros grupos de escritura tiene siempre una lista de libros para leer y comentar a lo largo del curso). Cuando la gente se acerca a la buena literatura, seguimos leyendo. La literatura mala (o tradicional) no suele ofrecer nada realmente distinto de lo que se puede encontrar en las series, en las películas o en las redes sociales. Solo la buena literatura permite a los lectores darse cuenta de que leer es algo distinto, más profundo y complejo que mirar una pantalla. También es verdad que en nuestro curso principal, es decir el máster, hay algunas materias específicas que quieren acercar a los estudiantes a la lectura y al análisis textual. No creemos en los escritores que no leen. Para mí, leer y escribir se complementan entre sí.

¿Tienes alguna sugerencia para educar a leer?

En la escuela utilizamos un método que se basa en la lectura y en la escritura, con cursos de breve y larga duración. Leyendo, los estudiantes se dan cuenta de lo importante que es saber escribir, y escribiendo también se dan cuenta de la importancia de la lectura. Mediante esos dos gestos toman confianza con la lengua, aprenden a respetarla y a usarla bien. De esa manera también consiguen ser lectores, porque aprenden cómo la lectura constituye una experiencia distinta y completa. Los demás instrumentos para escribir, cómo la sintaxis o la técnica, se aprenden mediante esa experiencia continua de lectura y escritura, porque para ser un buen escritor hay que ser también un buen lector.

Lea Iandiorio

Traducción del italiano al español de Silvia Acierno